Subcampeón es una autobiografía desternillante y cruda, entre la comedia y la angustia. Se lee como un tobogán: rápido, divertido y con un poco de miedo.
Es la historia de Zuhaitz Gurrutxaga, que con diecinueve años cumplió el sueño de su vida: debutar con la Real Sociedad en Primera División. Levantó pasiones, pero pronto vino la presión, la caída, la ansiedad, la depresión y un grave trastorno obsesivo-compulsivo. Lo curioso es que nunca perdió el humor. Cuando colgó las botas, se subió a los escenarios de los teatros para contar las tripas del fútbol profesional, sus propias batallitas, sus desastres deportivos y sexuales, sus variados y rocambolescos fracasos, en monólogos muy divertidos. Gracias a su radical y tierno sentido del humor, se reconcilió con el fútbol y consigo mismo.
Como dijo en una ocasión Paul Auster, el fútbol es el milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse. El balón ha hecho más que cualquier otro proyecto político por la fraternidad en una tierra demasiado acostumbrada a pelearse consigo misma. Después de cada conflicto, fue necesario que la pelota estuviera ahí para hacer del continente un espacio de unión y no una trinchera perpetua. Por eso, cada vez que se celebra la Eurocopa, hay un pedazo del mundo que se mira a los ojos y se estrecha la mano. Por eso, cuando escribimos sobre los 60 años de historia de este emblemático torneo, en realidad estamos dibujando nuestros recuerdos, nuestros miedos y nuestros anhelos como europeos. Porque los sueños de Delaunay, Panenka, Charisteas, Aragonés o Éder, en el fondo, son también nuestros sueños.
Treinta y seis años después, milagro: la selección peruana regresa a un mundial de fútbol. El periodista Toño Angulo Daneri echa la mirada atrás y, con la excusa del fútbol, hace un delicioso repaso a las filias y fobias que le despierta su país: en estas páginas hay derrotas, goles milagrosos, reflexiones estéticas, supersticiones caseras, mucha ternura y un sueño: que el nuevo Perú respondón e ilusionante no se quede solo en la cancha de juego.
Un riguroso ensayo que describe la implantación del fútbol y la evolución de los colectivos de hinchas radicales en el Estado español. Se trata de un texto que nos ayuda a entender las pasiones que mueven a los grupos radicales organizados que animan a sus equipos, así como su composición y las tensiones que causan en nuestra sociedad. Una obra imprescindible para pensar la relación entre fútbol, política y violencia, que ofrece al lector una herramienta para pensar la función social que cumple el deporte en nuestras comunidades.
Este viaje por Italia no pretende llegar lo antes
posible. El guía es Toni Padilla, que, con
un balón de acompañante, y a partir de temas
como la muerte, la música, el queso o los cromos,
se impregna de la doble alma del país.
Aquí están la Italia majestuosa y la Italia masacrada
por los prejuicios, tumbados en este
recorrido de norte a sur y de este a oeste. La
materia prima de las historias, que solo están
en el radar del autor, son los paseos por
la patria de Benito Mussolini, Rafaella Carrà
o Francesco Totti. Sus páginas son un mapa
donde se celebran los recuerdos y se saborean
los goles. Escritas con una prosa detallada y
una mirada pausada, que parecen de otra época,
ahora que nos falta tiempo para todo. Pero
el calcio no tiene prisa por bajar de este tren.