Como dijo en una ocasión Paul Auster, el fútbol es el milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse. El balón ha hecho más que cualquier otro proyecto político por la fraternidad en una tierra demasiado acostumbrada a pelearse consigo misma. Después de cada conflicto, fue necesario que la pelota estuviera ahí para hacer del continente un espacio de unión y no una trinchera perpetua. Por eso, cada vez que se celebra la Eurocopa, hay un pedazo del mundo que se mira a los ojos y se estrecha la mano. Por eso, cuando escribimos sobre los 60 años de historia de este emblemático torneo, en realidad estamos dibujando nuestros recuerdos, nuestros miedos y nuestros anhelos como europeos. Porque los sueños de Delaunay, Panenka, Charisteas, Aragonés o Éder, en el fondo, son también nuestros sueños.
Treinta y seis años después, milagro: la selección peruana regresa a un mundial de fútbol. El periodista Toño Angulo Daneri echa la mirada atrás y, con la excusa del fútbol, hace un delicioso repaso a las filias y fobias que le despierta su país: en estas páginas hay derrotas, goles milagrosos, reflexiones estéticas, supersticiones caseras, mucha ternura y un sueño: que el nuevo Perú respondón e ilusionante no se quede solo en la cancha de juego.
Un riguroso ensayo que describe la implantación del fútbol y la evolución de los colectivos de hinchas radicales en el Estado español. Se trata de un texto que nos ayuda a entender las pasiones que mueven a los grupos radicales organizados que animan a sus equipos, así como su composición y las tensiones que causan en nuestra sociedad. Una obra imprescindible para pensar la relación entre fútbol, política y violencia, que ofrece al lector una herramienta para pensar la función social que cumple el deporte en nuestras comunidades.
Desde su llegada en 2014, Mauricio Pochettino ha convertido al Tottenham en un serio aspirante a ganar títulos. En el proceso, se ha consolidado como uno de los mejores entrenadores del mundo.
Guillem Balagué tuvo un acceso privilegiado a Pochettino y su entorno más directo durante la temporada 2016-2017, y ha logrado componer junto con el entrenador argentino un fascinante relato en primera persona, en forma de diario íntimo.
Un apasionado relato sobre las luces y sombras del mundo del fútbol profesional. Una novela de ficción que profundiza en el corazón de un club de fútbol profesional: la presión, la soledad, la amenaza de escándalos, la fragilidad del cuerpo humano y la lucha, dentro y fuera del campo, por convertirnos en la persona que todos esperan que seamos.
Este viaje por Italia no pretende llegar lo antes
posible. El guía es Toni Padilla, que, con
un balón de acompañante, y a partir de temas
como la muerte, la música, el queso o los cromos,
se impregna de la doble alma del país.
Aquí están la Italia majestuosa y la Italia masacrada
por los prejuicios, tumbados en este
recorrido de norte a sur y de este a oeste. La
materia prima de las historias, que solo están
en el radar del autor, son los paseos por
la patria de Benito Mussolini, Rafaella Carrà
o Francesco Totti. Sus páginas son un mapa
donde se celebran los recuerdos y se saborean
los goles. Escritas con una prosa detallada y
una mirada pausada, que parecen de otra época,
ahora que nos falta tiempo para todo. Pero
el calcio no tiene prisa por bajar de este tren.
El Mundial de USA’94 fue el primero de la era moderna. O el último del fútbol antiguo, según se mire. Lo cierto es que aconteció en medio de profundos cambios estructurales. A nivel deportivo, la FIFA introdujo numerosas novedades para fomentar el espectáculo sobre el terreno de juego, mientras que en la vertiente geopolítica muchas selecciones iban a cambiar su fisonomía debido a las transformaciones que estaban experimentando algunas fronteras europeas.
Eran tiempos previos a la ley Bosman, en los que todavía no había un libre flujo de jugadores entre países, lo que todavía permitía descubrir a infinidad de jugadores de los que el gran público no había oído hablar.
Fue el Mundial que coronó a Romário y que consagró a Baggio, que hizo brillar a Stoichkov y que redimió a Hagi. Fue un torneo de mucho colorido. El más goleador de los últimos cuarenta años.
Un Mundial en la frontera entre dos épocas.